Por Douglas Adams

Douglas Adams es uno de mis autores favoritos. Su capacidad de crear complejas historias y entremezclarlas con un fino humor es extraordinaria. Este humor es tan sutil que al principio parece inofensivo, pero cuando la mente al fin lo asimila las alarmas de “¡Esto es un genialidad!” empiezan a sonar sin parar.

Un buen ejemplo es el Monje Eléctrico, elemento principal dentro de la historia. Este “artefacto” fue diseñado para creer cosas en representación de su dueño, de modo que él no tenga que perder tiempo creyendo en todas las cosas que el mundo espera que crea.

Esta idea que podría considerarse absurda lo deja de ser cuando uno se da cuenta que es una metáfora perfecta del mundo en el que vivimos, con el bombardeo constante de noticias e información (falsa, dudosa o real). Es así como pasa de ser humor a ser filosofía, de ser absurda a relevante.

Esta capacidad de entremezclar humor con filosofía es muy difícil de igualar por otros autores y prácticamente imposible de generar por Inteligencia Artificial (IA).

En estos tiempos en que muchas personas se sienten amenazadas por la IA y cómo va a dominar al mundo, quizás la solución esté en estas combinaciones de humor, arte, ciencia y filosofía para expresar ideas, criticar comportamientos y explicar conceptos. Y, de paso, echarnos una buena carcajada que siempre es bienvenida.

Leave A Comment

Recommended Posts